domingo, 5 de marzo de 2017

Aromáticas a tutiplén

La primavera es una época perfecta para hacerse con unas cuantas plantas aromáticas. Podremos disfrutarlas como condimento en numerosos platos y bebidas, algunas ahuyentarán a los insectos y además contemplaremos las flores de aquéllas que las emitan en esta época.


Algunas plantas como la Melissa (en la foto), la Albahaca o la Hierbaluisa, ahuyentan los insectos gracias a compuestos fenólicos que forman parte de sus hojas.


Desde la entrada de la primavera encontramos en los viveros una enorme variedad de especies aromáticas. Todas ellas se comercializan en distintos tamaños, normalmente desde 11 centímetros de maceta, lo que hace posible tenerlas en espacios reducidos.


¿La cocina es un buen sitio?

Ya comentamos en otra entrada que la diferencia entre plantas de interior y exterior la hace el clima, de modo que plantas que son de exterior en lugares de climas cálidos sólo pueden mantenerse en interiores o protegidas en lugares con inviernos duros. Por tanto si queremos disfrutarlas en invierno las tendremos que ubicar en interior en esta época del año. De las aromáticas más frecuentes, probablemente en exterior se helarán la Albahaca y el Eneldo y otras como el Perejil o el Cilantro perderán casi todas las hojas. No habrá problema en tenerlas en primavera, verano y otoño en el exterior, de hecho será preferible ya que, aunque no precisan sol directo, recibirán mejor la luz que necesitan para crecer. Si las situamos en una ventana en interior en verano, probablemente el sol las quemará o "cocerá" y si no las ponemos cerca de la ventana seguramente acabarán por ahilarse y verse feas.



La Albahaca es un excelente condimento. Para mantenerla todo el año debe estar protegida de las heladas fuertes. 



 El Perejil es una planta anual aunque puede mantenerse más de un año si no se hiela.




 El Eneldo no se conservará bien en exterior si la temperatura es muy baja. 


Aquellas plantas que soportan el frío invernal de Madrid, pierdan o no pierdan la hoja, estarán mejor en el exterior. Lavandas, Romeros, Santolinas, Hierbaluisas, Mentas, Tomillos, Ajedreas y alguna otra, las pondremos fuera todo el año. Las Mentas (incluida la hierbabuena) son plantas vivaces. En invierno tienden a "reposar" y por tanto en exterior no habrá hojas o habrá pocas.





Los Tomillos (en la foto el Tomillo limón) aguantarán muy bien el invierno 






La Lavanda no tendrá problemas con el frío. No te olvides de recortarla bastante en octubre o noviembre.




La Santolina es muy rústica, aguanta muy bien el frío.




La Ruda es resistente al frío.




La Ajedrea, de la familia del Romero, Tomillo y Lavanda, también aguanta muy bien el frío invierno. 



El Orégano y la Mejorana aguantan el frío de Madrid sin problemas.





El Romero es muy resistente al frío y nos dará flores al finalizar el invierno.


Entonces, resumiendo. Siempre que sea posible, mantendremos las aromáticas en el exterior. Si no nos es posible, las tendremos en interior con mucha luz. En invierno podremos tener en interior las que se hielan para poder disfrutarlas todo el año, si bien tenderán a debilitarse con el paso de los meses.


¿Qué planta durará más?

Algunas de las aromáticas son anuales, al menos en nuestro clima. Esto quiere decir que su ciclo se completa en un año. Por tanto nacen, crecen, se reproducen (por semillas) y mueren en el plazo de un año. Si no mueren, pueden normalmente mantenerse más de un año aunque cada vez más débiles. En este grupo tenemos por ejemplo al Perejil, el Cilantro, o el Eneldo.

Otras, como os decía antes, son vivaces. Sufren un reposo anual (normalmente en invierno) en el que vegetan en el suelo, y en primavera vuelven a emerger, saliendo las hojas que durarán hasta el invierno siguiente.




Las Mentas (incluida la Hierbabuena) emiten rizomas subterráneos que permanecen latentes bajo la tierra todo el invierno, aunque la planta no se vea y sus hojas se hayan secado casi por completo, en función del frío. En primavera brotará de nuevo y podremos disfrutar las hojas nuevas como más nos guste.


Y por último tenemos las perennes, de hoja persistente o caduca. Éstas duran varios años. Las de hoja perenne (persistente) renovarán sus hojas a lo largo de todo el año, sin perderlas de una vez, y las de hoja caduca (caediza) las perderán normalmente a la llegada del frío. En este caso sí se mantiene la parte aérea la planta fuera de la tierra, a diferencia de las vivaces. 



El Tomillo (en la foto), así como la Lavanda, Romero, Ajedrea y otros de la misma familia, son plantas perennes.




Por tanto, si queremos una aromática que nos dure mucho tiempo, nos iremos a una planta vivaz o perenne. Perennes de hoja persistente tenemos las Lavandas, los Romeros, los Tomillos, las Santolinas y las Salvias, entre otras. Para que se mantenga bonita, deberemos podarla en otoño, recortando 1/3 de la parte aérea. De esta forma estimularemos la brotación y se  mantendrá frondosa y compacta.

¡Espero que esta entrada os anime a cultivar vuestras propias aromáticas!